El economista Paul Krugman, galardonado con el Premio Nobel, sostiene que la inmigración no está despojando de empleos a los estadounidenses, sino que es positiva para la economía nacional. En su artículo de opinión publicado en The New York Times, Krugman examina los argumentos en contra de la inmigración, citando al expresidente Trump, quien ha afirmado que los inmigrantes han tomado trabajos de estadounidenses nativos en los últimos años.
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No obstante, Krugman argumenta que las estadísticas no respaldan esta afirmación, ya que, según la Reserva Federal, la tasa de desempleo de los trabajadores estadounidenses se ha mantenido en un mínimo histórico del 4,3%. A pesar de que ha habido una disminución en la tasa de participación de la población activa, los trabajadores nativos en edad laboral han visto un incremento en dicha tasa.
según la Reserva Federal, la tasa de desempleo de los trabajadores estadounidenses se ha mantenido en un mínimo histórico del 4,3%
Según Krugman, el estancamiento en el empleo nativo se debe en gran medida a la ola de jubilaciones entre los baby boomers. “El casi estancamiento del empleo de nativos no se debe a una falta de demanda, donde las personas no encuentran trabajo. Es más un problema de oferta, dado que muchos han llegado a la edad de jubilación. Hemos podido lograr un incremento considerable en el empleo global gracias a la llegada de inmigrantes en edad laboral a EE. UU. Sin ellos, no tendríamos suficientes empleos disponibles”, escribe.
Krugman también señala que la inmigración ha tenido un efecto positivo en los salarios, dado que los inmigrantes no están compitiendo por los mismos puestos de trabajo que los estadounidenses. Desde 2020, los salarios de todos los trabajadores han aumentado un 25%, coincidiendo con el incremento en el empleo de trabajadores nacidos en el extranjero en el país.
Krugman también indica que la inmigración podría estar contribuyendo a que la Reserva Federal mantenga la inflación bajo control. “Los inmigrantes no solo amplían la oferta laboral, sino que también estimulan la demanda. Tras la pandemia, el aumento del gasto en ayudas elevó la demanda de manera significativa; esta situación fue más manejable sin generar inflación persistente gracias al rápido aumento del empleo impulsado por la inmigración”, comenta.
“En resumen, los inmigrantes no están robando trabajos. Si bien cada cambio en la economía afecta a algunos sectores, y es cierto que en algunas áreas los precios de la vivienda han aumentado o que los estadounidenses nativos y los inmigrantes legales enfrentan mayor competencia laboral, las historias alarmistas no coinciden con la realidad”, concluye Krugman.
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